Techo de cristal en México


Techo de cristal en México

Las mujeres a lo largo de su vida sin importar si son de zonas urbanas o rurales, siguen viviendo con las barreras de techo de cristal y suelo pegajoso, es decir que se siguen haciendo responsables tanto de las labores domésticas, como de la familia y además del trabajo, y a pesar del grado escolar, las capacidades, el compromiso, etc., no pueden aspirar a tener grandes puestos laborales porque esas mismas cuestiones resultan un impedimento para su desarrollo profesional. Las estadísticas que existen sobre el techo de cristal y suelo pegajoso son muy pocas en población mexicana, sin embargo hay datos secundarios que nos ayudan para revisar el ciertas tendencias como lo son el tiempo invertido a la familia y al trabajo formal, el número de mujeres con puestos de alto mando, entre otros.

El INEGI muestra algunos datos sobre éstos fenómenos: las mujeres mexicanas dedican  28.8 horas a la semana a cuidar a otras personas y al trabajo doméstico, y los hombres dedican 12.6 horas. Contando lo que hacen las mujeres en el hogar y el trabajo llamado “productivo” en el ámbito laboral, las mujeres trabajan 16 horas más a la semana. Este trabajo doméstico y de cuidado está poco valorado aunque es indispensable para la vida y la reproducción social, sin embargo, no es de sorprender que salgan estos resultados en población mexicana, puesto que la cultura es la que lo inicia y fomenta desde los esquemas de la niñez. En términos económicos el INEGI calcula que el trabajo de las mujeres representa el 20.5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Por otro lado, sólo el 17% de las consejeras de las grandes empresas mexicanas son mujeres, una tasa muy por debajo de la media europea. En la representación empresarial, solamente uno de cada diez ejecutivos de máximo nivel son mujeres y solo el 3% son consejeras delegadas. Además, la brecha salarial se amplía en los salarios más altos (bonus, gratificaciones, incentivos).

En 2001 las mujeres ocupaban tan sólo del 1 al 3% de los máximos puestos ejecutivos en las mayores empresas del mundo; del 40% de los miembros sindicales, que eran mujeres, sólo llegará el 1% como dirigentes; 21 naciones tenían mujeres en las vicepresidencias o  magistraturas y tan sólo ocho países del mundo tenían una jefa de Estado. (Wirth 2001). En la Cámara de Diputados el 37%, pero sólo el 27% de las comisiones eran presididas por ellas. (Instituto Federal Electoral [IFE] 2013).
En México en el año 2013, el 23% de puestos directivos, el 8% de CEO y el 3% de los puestos con mayor responsabilidad estaban ocupados por mujeres. En la Suprema Corte de Justicia de la Nación sólo el 18.2% eran mujeres

De las 500 mejores empresas para trabajar en México, sólo el 3% se encuentran dirigidas por mujeres, y de las 50 mujeres más poderosas de México, sólo el 14% trabajan como ejecutivas en una empresa. (Camarena, M. & Saavedra, M. 2017)
Según datos de ONU Mujeres, cerca del 50% de las mujeres en edad de trabajar están representadas en la población activa mundial frente al 76% en caso de los hombres. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que promueve políticas para la mejora económica y social, apunta que las mujeres perciben 16% menos en su salario que los hombres pertenecientes a sus 34 países. Además de que, según esta misma instancia, existe la participación de una mujer por cada 10 hombres en puestos directivos.


Bibliografía

Camarena, M., & Saavedra, M. (2017). EL TECHO DE CRISTAL EN MÉXICO. Recuperado 12 marzo, 2019, de https://www.redalyc.org/jatsRepo/884/88453859009/index.html

Oxfam. (2017). El piso pegajoso, el techo de cristal y las nuevas revoluciones necesarias. Recuperado 12 marzo, 2019, de https://www.oxfammexico.org/historias/el-piso-pegajoso-el-techo-de-cristal-y-las-nuevas-revoluciones-necesarias

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